Y sí, digo "inauguramos" en plural porque no es mía, yo sólo la transmito a través de este blog, las verdaderas autoras son todas las personas a las que les hablé de esta iniciativa y no dudaron ni un segundo en acercar su historia a los demás con el fin de acompañar y apoyar, para que nadie se sienta un bicho raro, para ayudar en los momentos difíciles que se pueden plantear.
Y como iréis viendo habrá historias de todos los colores, porque ningún camino de OVO es igual a otro y porque no todas las personas pensamos ni sentimos igual. Así que para mí es un gran placer acercar todas estas vivencias... todas estas Ovo Aventuras!!!
Sin olvidar que la palabra "OVO" sólo implica un trámite, un camino más que nos puede llevar a conseguir ese sueño que todas compartimos.
3, 2, 1... Comenzamos!!! La primera historia nos la trae mi querida Laura, historia con final feliz y sorpresa extra!
Pero no os digo nada más, os dejo directamente con ella:
¡Hola chicas! Soy Laura y tengo 33 años. Para que
me conozcáis un poco mejor me he decidido a contar mi historia. Mi viaje para
llegar a Australia ha durado dos años. Comparada con muchas de las historias
que conozco, no ha sido un viaje demasiado largo (aunque a mí me pareció un
siglo), pero sí muy intenso. Cuando empecé la aventura de buscar bebé tenía 29,
aunque realmente mi historia con la infertilidad la empecé a los 22 años.
Fui a hacerme mi primera revisión ginecológica, y
salí de allí con unos ovarios que para mi ginecóloga no valían nada. Después de
hablar con un colega suyo delante de mí de una “cosa muy grande” que había que
quitar sí o sí, me explicó que tenía endometriosis. Me propuso que me quedase
embarazada, y después me quitarían los ovarios. Estoooo, ejem, tengo 22 años y
novio desde hace seis meses… ¿¿¿¿qué me estás contado???? (Que por cierto, este
chico me dejó quince días después, cinco días antes de que me operasen. ¡¡Como
para ser el padre de mis hijos!!)… Visto lo visto, me fui a pedir una segunda
opinión a una clínica privada. Allí me confirmaron que sí, que tenía una
endometriosis severa, pero que se operaba y punto. 15 días después estaba
operada, con mis ovarios en su sitio, y como todo había ido tan bien, y me
habían dicho que por supuesto que podría tener hijos, me fui de allí con una
idea muy equivocada de lo que me costaría en un futuro ser madre.
Al año siguiente empecé a salir con el que ahora
es mi marido, y en 2011 nos casamos. Un año después (junio 2012) decidimos que
había llegado el momento de buscar bebé. ¡¡Ya estábamos preparados para ser
padres!! Año tras año había ido a revisión por mi endometriosis y con los
anticonceptivos que tomaba estaba todo perfecto, no había ni rastro de la
enfermedad, así que, como la mayoría, imagino, el primer mes “fijo que habíamos
dado en el clavo”. Pero vino la regla, y al mes siguiente, y al siguiente, …
En enero decidí ir a hacerme otra revisión, por
si acaso en los 9 meses que llevaba sin anticonceptivos me había vuelto a salir
algún quiste, y ya que estábamos, nos hicimos las primeras pruebas. Primera
sorpresa, no hay rastro de la endometriosis, pero tengo un bulto en un pecho.
Me dicen que no me asuste, que parece benigno, pero claro, la cabeza es muy
mala, y va por libre… Me quitan el bulto del pecho y finalmente no era maligno,
pero ese mismo día nos dan los resultados de las pruebas y sorpresa, mi marido
tiene los espermatozoides con poca movilidad, y yo la antimulleriana bastante
baja. Me dicen que si quiero ser madre tendrá que ser por FIV. ¿Cómo?
¡¡Imposible!! ¡¡Si año tras año estaba todo bien!! ¡¡No puede ser!! A partir de
ahí empiezo a verlo todo muy negro…
Me voy a casa bastante tocada, no me lo esperaba
para nada. En mi entorno no había nadie cercano en esta situación, y aunque
tenía mucha suerte y toda mi familia siempre me ha apoyado mucho, me encontraba
muy SOLA. ¿¿Os suena no??
Me convencieron para intentar una IA antes de
hacer la FIV, así que nada, en marzo empecé una IA que por supuesto, con la
baja movilidad de los espermatozoides de mi marido, fue negativa.
¿Por qué a mí? ¿Qué he hecho yo? Si no estoy
pidiendo nada raro, no pido ningún capricho. ¡¡Sólo quiero ser madre!! ¿Os
sigue sonando verdad? Después de este primer negativo, di un paso para mí muy
importante, y empecé a asimilar la situación, a comprender que no tenía por qué
avergonzarme de lo que está pasando, que no tenía que pensar que estaba
defectuosa, que no valía, ni sentirme menos mujer, así que decidí empezar en
abril la primera FIV.
Ya está, ya lo he asumido, ya tengo la fuerza
suficiente para afrontar el tratamiento, ¡ya está solucionado! Me hago la FIV y
a disfrutar de embarazo y de bebé/s. Me imagino que esto también os habrá
pasado a muchas, y nada más alejado de la realidad…
Empecé banderillas y controles. Con cada control
me ponía muy nerviosa, casi como si me estuviese examinando ante un tribunal… y
cada examen lo suspendía. Cada vez hay menos folículos, empiezo con 5, pasamos
a 4, 3 … Para la punción esperaba que hubiese dos o tres y sorpresa, me sacaron
8 (y digo yo, ¿¿de dónde??) pero de los 8 sólo había cinco maduros, y sólo
fecundaron 2. Bueno, no necesitaba más, ¡¡seguro que esos eran mis campeones!!
Dos días después me llamaron y me dijeron que iban muy lentos y que no los
podían vitrificar, que los dejara dos días más en observación (en mi clínica
prefieren hacer la transfer en otro ciclo). Dos días después me dijeron que
seguían evolucionando los dos, pero que seguían lentos, que los dejaban un día
más, y finalmente, al día siguiente, me llamaron y me dijeron que se habían
parado los dos. Que podía ser por la mala calidad de los óvulos, y que no
sabían si esto podría pasar en más ciclos. ¡¡Otro jarro de agua fría!! ¡¡Tantos
días de nervios para nada!! Me insinuaron que mis óvulos no valían, y yo no
quería ni oír hablar de ovodonación. ¡¡No estaba preparada!!
Hablando con mi médico me dijo que todavía era
muy joven para plantear otra cosa, y que había que volver a intentarlo. ¡¡Dijo
que lo conseguiremos!! Lo vi muy convencido, y bueno, volví a ilusionarme. Había
folículos residuales, así que tuve que esperar un ciclo, pero a finales de
junio inicié mi segunda FIV. Me añadieron una medicación nueva, ¡¡esta vez
seguro que funcionaba!! Empezamos mucho mejor, con 9 folículos, y para el día
de la punción íbamos con 7 de buen tamaño. El doctor me dijo que ese era
nuestro mes. ¡¡Por fin lo iba a conseguir!! Llegó la punción y, ¡sorpresa! Pero
esta vez negativa, sólo 4 óvulos. ¿¿Dónde están los demás?? ¡¡Que me los den
que son míos!! Decepción total ese día, sobre todo pensando en el resultado de
la primera. Pero bueno, al día siguiente me dijeron que habían fecundado los 4.
Y dos días después que los habían podido vitrificar todos. ¡Bien! Volvía a
tener folículos residuales, así que dejamos la transfer para septiembre.
Llegó la regla de septiembre e inicié el tratamiento
para la transfer. Enseguida tuve el endometrio a punto y me programaron la
transfer para un viernes. Llegó el día y yo estaba muy emocionada, por fin iba
a tener a mis pequeños conmigo. Llegué a quirófano y el doctor vio que tenía
líquido en el útero, así que canceló la transfer. ¿Cómo? ¡Esto no puede estar
pasando! ¡¡Pero si estaba todo bien!! ¡¡Era mi momento!! Volví a casa pero sin
mis pequeños. Intentaron llevar los embriones a blastos y no llegó ninguno de
los dos. Los habíamos perdido. ¡¡¡¡Con lo que nos había costado
conseguirlos!!!!
Seguía sin estar preparada para la ovodonación.
Intentaba hacerme a la idea, pero se me hacía muy duro. Siempre nos habían
dicho que mi abuela, mi madre y yo nos parecíamos mucho, y yo quería que mis
hijos tuviesen mi carga genética.
A la semana siguiente volví y vieron que tenía
hidrosalpinx. La endometriosis, que llevaba 8 años sin aparecer, con las
estimulaciones se había venido arriba y me había afectado a las trompas. Me
tenían que quitar una y ver cómo estaba la otra. En octubre vuelta a quirófano
(el celador ya bromeaba conmigo) y laparoscopia para quitarme una trompa,
aislarme la otra (no la pudieron quitar porque la tenía muy pegada al ovario) y
limpiarme múltiples adherencias de endometriosis que habían aparecido.
A finales de noviembre volví a revisión y estaba
todo ok, pero por las fechas ya nos metíamos en fiestas y demás, así que
esperamos a enero. Con la regla de finales de enero volví a empezar muy
ilusionada el tratamiento para la transfer de los dos últimos embrioncitos que
me quedaban. Venga, que 2014 se tiene que dar mejor que 2013. Llegó el día de
la transfer y esta vez sí, ¡¡por fin tenía a mis pequeños conmigo!! Era lo más
cerca que había estado nunca de estar embarazada, y así me sentía. ¡¡Por fin era
BETAESPERANTE!! Disfruté mucho esos días (¡¡sí, habéis leído bien!!) pensando
en lo que me había costado llegar a esa betaespera. Llegó la beta y tortazo con
la realidad, mis pequeños lo habían intentado, pero no lo consiguieron.
Bioquímico.
El doctor me dijo que sólo habíamos tenido una
transfer, y que habíamos tenido muy mala suerte, así que lo intentaríamos una
vez más. Pero ya la última, porque mi endometriosis estaba rebelde, y con las
estimulaciones más aún. Tenía otro quiste de momento controlado, pero con un
tamaño al borde de la cirugía, así que si no funcionaba, tendríamos que pensar
en otras opciones. Cada vez voy asumiendo un poco más la idea de la
ovodonación. Es una realidad que cada vez se acerca más y más.
En febrero empezamos la tercera y última FIV, y ya
desde el principio fue muy muy mal. 5 folículos, después 4, 3 … vaya, esto ya
lo había vivido. Llegamos a la punción y volví a ver a mi amigo el celador. Dos
óvulos. Al día siguiente me dijeron que fecundó 1, y al día siguiente que se había
parado. Otro jarro de agua fría, y otra vez mis sueños rotos. Además esta vez
era diferente. Esta vez no implicaba una nueva caída y ya. Esta vez implicaba
olvidarme definitivamente de mis óvulos y afrontar que mi realidad es la
ovodonación.
Pasaron días complicados, de asumir muchas cosas,
pero ya había llorado todo lo que tenía que llorar. Lamentarme no iba a servir
de nada, y era momento de buscar soluciones. Y si mi solución podía ser la
ovodonación… ¡¡pues adelante!!
Yo deseaba ser madre a toda costa, qué importaba
esa célula inicial que me tenían que donar? Yo lo iba a llevar dentro de mí, lo
iba a alimentar, y sobre todo, lo iba a cuidar y querer. Sin darme cuenta,
había pasado el duelo genético.
De esta forma, inicié mi primer tratamiento de
ovodonación. El momento de la transfer fue muy bonito, y en cuanto me pusieron
a los embriones los sentí de inmediato como míos. A partir de ahí, mi cuerpo se
encargaría de ellos. Eran mis bebés.
Tras doce días de betaespera, tuve la alegría más
grande de toda mi vida. BETA POSITIVA. Por fin estaba embarazada! Y por el
valor podían ser dos!!
Una semana más tarde se confirmó en una ecografía
que eran dos. Esperaba mellizos! Y tras un embarazo complicado y un parto
prematuro, la vida me hizo el mejor regalo del mundo. Mis príncipes. Ahora
tienen un año, y no puedo ser más feliz!!
Esta es una historia dura, como la de todas las
chicas que conozco. Para mí lo peor fueron tres aspectos.
-Me sentía muy sola
- No quería que nadie se enterase
- Por nada del mundo quería renunciar a mis genes
Participar en un foro de infertilidad,
posteriormente entrar en la #infertilpandy, y leer un par de libros sobre el
tema, me sirvió para cambiar totalmente mi actitud ante el problema.
- Dejé de sentirme sola, para afrontar el
problema con muchas compañeras de viaje y una fuerza enorme renovada por ellas.
- Dejé de ocultar mi problema. Soy infértil, ¿y
qué? Ahora hablo de esto sin ningún tipo de problema ni complejo.
- Mis niños son fruto de una ovodonación, y no
puedo ser más feliz. Me costó muchas lágrimas aceptar que tenía que ser de esta
forma, pero esta opción para llegar a la maternidad es igual de buena como
cualquier otra, y no puedo ser más feliz, ni querer más a mis niños. Tampoco
oculto esto a la gente, ni se lo ocultaré a ellos.
Pues bien, siento que ahora soy yo la que puede
ayudar a muchas otras mujeres, y he escrito un libro contando mi historia. Si
estáis interesadas podéis echar un vistazo aquí
Mil besos a todas y mucho fuerza!!
Gracias Laura por haber querido contar tu historia aquí y por ese libro que seguro ayudará a muchas personas. Tienes un corazón enorme!
Y también te quiero dar las gracias por haber estado cerca en mis días más difíciles, gracias a personas como tú mi camino se fue haciendo menos pedregoso.
Un abrazo enorme!!!!
Que maravilla de final, Laura. Con lo duro que este camino, todo parece valer la pena cuando tienes esa maravillosa recompensa. Enhorabuena por tu lucha y por esos 2 príncipes!!!
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Una vez tu sueño se hace realidad, se olvida todo lo sufrido anteriormente. Toda la lucha cobra sentido! Muchas gracias My Baby!!
EliminarLaura.
Yo también tengo endometriosis ovárica bilateral y aunque estoy pendiente de empezar una FIV, mis pensamientos ya están dirigidos hacia la ovodonacion. ..
ResponderEliminarUna gran historia que nos ayuda a ver de manera positiva este camino.
Muchas gracias por contarnos tu historia. ..
Espero que tengas suerte en tu FIV. Conozco chicas que con endometriosis han conseguido embarazarse con sus óvulos. Pero si al final no pudiese ser, te aseguro que la ovodonación ha sido una decisión muy difícil de tomar, que me ha costado muchas lágrimas, pero que me ha hecho muy muy feliz! Mucha suerte de nuevo!!
EliminarLaura.
Aunque parece paradójico lo que voy a decir, en verdad es una historia bonita, sobre todo porque el final es precioso ¡y por partida doble!
ResponderEliminarValeska, estoy de acuerdo contigo! Todas los obstáculos y caídas que he sufrido son las que me han llevado a mis dos niños, que son lo mejor que me ha pasado en la vida. Así que todos ellos no los cambio por nada del mundo!! Un abrazo!!
EliminarLaura.
Me ha encantado la historia. Muchas gracias por compartirla. Esta claro como dice ella que da lo mismo si esa primera célula la tienen que donar. Ahora es la mami más feliz del mundo :)
ResponderEliminarMuchas gracias Insolita Pez!! Espero que pronto todas nosotras compartamos esta felicidad!! Laura.
EliminarEyy que buena sección del foro!!! Laura que historia fuerte, pero con final feliz, felicidades por tus dos príncipes :)
ResponderEliminarMuchas gracias cigüeña al fin del mundo! Aidni ha creado una gran sección que seguro que ayuda a muchas chicas que ahora tienen dudas con la ovodonación. Un abrazo!
EliminarLaura.
Me encantan las ovohistorias con final feliz!
ResponderEliminarEnhorabuena por el libro, contando tu experiencia podrás ayudar a muchas mujeres, que vaya genial con la difusión.
Un beso, ovomami!
Muchas gracias Mi Nube Violeta!
EliminarEso me haría muy feliz! Con mi libro me encantaría poder ayudar a muchas chicas. Darles esa fuerza que a veces es normal que falte, y ayudarles a dar el paso hacia la ovo.
Un besazo!
Laura.