Pero había algo más ¿si ya no me dolía tanto y cada vez me sentía algo más preparada? ¿Qué me estaba pasando?
Así que tocó hacer introspección y averiguar-me qué estaba sucediendo, y por supuesto tener mil charlas con mi chico de las que siempre salgo beneficiada.
Recuerdo que en una de esas charlas, él me dijo que si yo me sentía más segura o más lo que sea, estaba dispuesto a renunciar también a sus genes, que para él no tenían importancia alguna y que querría a esa criatura igual, fuera su genética la que fuera, que si estaba dispuesto a adoptar a un niño (tema del que ya habíamos hablado muchas veces) qué le iba a importar eso de la genética, pero que también deseaba vivir nuestro embarazo y todo lo que conlleva.
Le dije que no iba a dejar que renunciase a sus genes así, por mí, porque yo me "sintiese" mejor. Lo vi como un capricho y me negué rotundamente, si tuviésemos que ir por ADE (adopción de embriones) sería por otras cuestiones, no por esas.
Y...¿cómo se te queda el cuerpo? Me sentí muy pequeña e insignificante, me emocioné porque viví aquello como una muestra de amor y me sentí la persona más afortunada del mundo por tener a mi lado a alguien tan especial que siempre me tiende la mano y me presta sus gafas para verlo todo desde otro prisma.
Y llegó a ver la luz otro tema del que me avergonzaba "el parecido físico".
Aquel maravilloso gine que nos dio aquellas nefastas noticias nos dijo... "hazte a la idea de que la genética sólo sirve para dos cosas: transmitir enfermedades y los parecidos físicos" haciéndome ver que TODO lo demás, lo importante lo aportaría yo como persona.
Pero yo seguía sin entender por qué me estaba importando el parecido físico...
¿Acaso si un embarazo burocrático fuese algo más sencillo en todos sus sentidos no estaría dispuesta a hacerlo?
¿No era consciente de que aun pudiendo sacar mis genes al terreno de juego mis fenotipos podrían quedar en el banquillo?
¿Es que no recordaba lo mucho que me gustó cuando estuve formándome conocer la grandiosa importancia del factor ambiente en un niño?
¿Dudaba de si mi familia me hubiesen querido menos si no hubiese parecido a ellos?
Todas esas preguntas tenían respuesta inmediata y contundente pero tuve un hilo del que tirar: LA FAMILIA, o mejor dicho, el parecido con mi familia...
Tengo muchos recuerdos de historias que te cuentan de cuándo naces y todas en plan "te parecías tanto a tu madre que nos asustaba"...en resumen, he sido y soy un calco de mi madre. A su vez ella y sus hermanos se parecen muchísimo, tanto que los llegan a confundir. Todos igualitos que mi abuelo, vamos que los fenotipos en la familia materna están requete marcados.
Cierto es que yo misma me he visto parecido con todos ellos.
Me ha pasado durante toda mi vida que gente que no había visto nunca sepan quién soy por el parecido, sepan mi lugar de origen, nieta de quién soy, hija de tal, sobrina de cual...por cualquier miembro de mi familia materna me "sacaban". Incluso me han discutido ser hermana de mis tías. Es algo heavy y siempre lo he vivido con orgullo como marcaba la tradición.
Mi hermana: pues no le ha pasado nunca tan fuerte aunque alguna vez aislada sí. Igual que hay quién dice que somos muy parecidas y otros flipan al saber que somos hermanas. Ella tiene una niña, mi sobrina y desde que nació su hija ha tenido que soportar la frase del millón "parece que sea hija de tu hermana en vez de tuya" (hay frasecitas del millón para todo?). Cierto es que la primera vez que la vi aluciné con lo que aquel bebé se parecía a mi madre.
Sé que a mi hermana le ha llegado a molestar esos comentarios, es que puede ser muuuuy cansino. Pero imaginaos, estás pasando un duelo genético y mientras tanto no paras de escuchar "si tienes una hija no se va a parecer tanto a ti como tu sobrina" toma ya! hasta de mis propios padres.
El caso es que cuando toda la vida te ha estado pasando esto y ahora la historia se repite con tu sobrina, oye pues marcar...marca.
Y he aquí el meollo del asunto! encontré de dónde me venía parte de esta preocupación por los fenotipos. Y una vez encontrado ya podía trabajar sobre ello y eso hice.
A esto hay que añadir las lloreras de cuanto empezábamos la búsqueda inocente y mi chico me decía que deseaba tener una "miniyo" Pero es que me lo sigue diciendo!!!!!! Señoras lo siento pero este amore está fuera del mercado jijiji
Había encontrado la barrera y era hora de derrumbarla haciendo trabajo interno y de pareja, claro está!
Todo aquello de los parecidos familiares quedó superado, sólo fue cuestión de dar con ello y reirme.
Lo de mi sobrina...pues es verdad que se parece a mí, pero yo no le veo parecido físico ninguno conmigo aunque sí me muero de la risa cuando hace o dice algo mío y he de confesar que me encanta!! Igual que cuando "parece" su madre o copia alguna expresión de la abuela...el factor ambiente y su fortaleza señores!! Y esto de mi sobri me ha hecho pensar en algo de lo que estoy orgullosa y es que, los peques "copian" cosas de sus adultos de referencia y yo soy un referente para ella y además siempre hemos estado muy conectadas (babeo en modo on)
Sobre las frases
Y mi chico que erre que erre con que va a ser igual que yo porque lo que verdaderamente importante es lo que importa.
Todo esto fue un paso más hacia ese ¿Cuándo sentiré que estoy preparada? ¿Cuándo sabré que he pasado ese duelo del que hablan? Y la gran respuesta es: cuando llega simplemente lo sabes, lo sientes.
Pero no os voy a mentir, hay días en los que sigue pinchándome los temas del parecido aunque sea sólo por un ratito, pero hoy ya tengo las herramientas necesarias para que no duela, ya no duele.
Y por supuesto, si añades los estudios sobre epigénetica y demás es mucho mejor!!!